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Parto en la Ahora Pandemia

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Le tocó parir en el pico de la hoy llamada pandemia que a partir del 2013 le cambiaron la definición, pues esto no hubiera sido declarado como tal si no le hubieran cambiado el significado.

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Las paradojas de las ilusiones se caen junto con su velo cuando una mujer está dilatando y relajando su sexualidad dentro de una tina con hierbas de su patio, dejando que los fluidos le mojen entre las piernas y los ríos de vida la recorran de adentro a fuera, mientras por fuera el mundo muere -de enfermedades, de miedo y de otras cosas- en los hospitales y fuera de ellos, por otro lado adentro de ella había un gozo prohibido… por qué quién se atreve a desafiar la des-información de los medios rompiendo las reglas del con-tacto y de las partículas de líquidos del cuerpo embarradas entre sudores, vapores, lágrimas y a la sana distancia de un abrazo humano prohibido que la sostuvo desde la madrugada hasta la tarde.

 

Llegada la declaración de que siempre esto sí es pandemia, y lo de antes del 2013 también, aunque sobrevivimos a lo de antes sin las medidas de ahora.

 

Esa enfermedad que se dice se transporta en el aire no se transportó a 30 min de distancia en 3 meses de haber llegado a la ciudad cuyos habitantes urbanos visitaban, turisteaban y transitaban diariamente el pueblo desde que eso empezó y desde antes. Lo que sí Había llegado eran denuncias de ofertas de dinero a la gente pa declararse infectado, habían llegado denuncias de fumigaciones de madrugada sobre el pueblo. Y justo después de esas denuncias llegaron los primeros casos y muertes diagnosticadas de enfermedad pandémica, y por tanto medicadas como tal.

 

Mas Ella estaba por parir a su hijo en pleno pico declarado en las noticias…. el mundo externo podía girar y colapsarse, pero esta mujer estaba determinada a que su mundo era el de adentro de su vientre no el de afuera, y ese mundo quería llegar a la vida, y ella le dijo que Sí. 

 

—Pues las mujeres siempre hemos sido los vehículos para traer la vida al mundo aunque ahora nos quieran vender el negocio de la vida que se gesta en frascos-vitro, sin piel ni vínculo original con consecuencias insospechadas.—

 

Sin embargo, a su madre, es decir a la la futura abuela, le tocó fallecer 4 días antes del parto, fue diagnosticada con lo que es diagnosticado la mayoría de los males en estos tiempos, y fue medicada y tratada inmediatamente -para ESE diagnóstico pandémico- luego de eso murió. 

 

El esposo y futuro papá había cuidado de su suegra en esos días porque el temor era mucho de que tal enfermedad tan contagiosa y viral pudiese afectar a la hija que estaba por parir pues vivían en la misma casa y dormían en el mismo cuarto. En esos días a él le dijeron que tenía que usar tapabocas si quería acercarse a su esposa, que no podía abrazarla ni estar en el parto de su hijo pues su suegra había fallecido prácticamente en sus brazos, eso lo catalogaba como un agente de extremo contagio y peligro de acuerdo a los nuevos criterios que modificados en el 2013, pues obviamente no traía traje entero de protección en el momento de la muerte por lo que su exposición a la enfermedad fue digamos total. SI no le daba fuerte al menos le daría positivo asintomático como dicen.

 

Su esposa que estaba por parir lo extrañaba a él a su contención, pues su madre acababa de partir y ella necesitaba un abrazo de él, pero es que esa enfermedad seguro la traía él aunque fuera asintomático, pues la otra hija que sí había cuidado a de la futura abuela junto con él, también había dado positivo a la prueba que da positivo incluso en papayas y jugos en las noticias que están prohibidas de ver. Aunque después de hacerse la prueba él no dio positivo, tal vez la enfermedad altamente contagiosa de la que es difundido que tanta gente está enfermando, tuvo que elegir a uno de los dos que cuidaron de la abuela para contagiarlo.

 

Así los padres de este bebé habían de dormir separados entre el duelo de una pérdida repentina por la enfermedad en boga, el miedo o la precaución había sido bien implantado. Y tocarse era irresponsable, abrazarse sería un crimen. La IN-sana distancia comenzaba a permearse como sana, aceptando lo que se intenta establecer como nueva normalidad en grabaciones repetidas por todos lados, radio, tele, centros comerciales y redes (anti)sociales.

Pero ante ese miedo había 2 problemas (para el miedo):

 

1 Ella estaba eligiendo su ser más instintivo y dador de vida. Seguía cada impulso de su corazón y de su piel, tiró a la basura lo que le habían contado y dijo quiero parir en casa y quiero que mi esposo esté conmigo en todo momento, y que me abrace. 

 

2 El otro problema es que ellos son de un pueblo de verdadera resistencia (es decir que toman posturas), soportaron la colonización y aún hablan su lengua y viven sus tradiciones que nada tienen que ver con el show, el folklor mexicano, son tradiciones de sostén de ALGO que en la ciudad y en los idiomas no nativos ya no tiene nombre, no se conoce, no se entiende. Pero ellos sí.

 

Así que con esa resistencia (Postura), el se acordó que podía desobedecer, y lo hizo. 

 

Una noche antes de desencadenarse el parto gracias a su desobediencia, él ( a pesar de que han repetido hasta el cansancio en radio, tele y espectaculares, que podría contagiar de enfermedad -mortal- a su esposa embarazada y vulnerable y a su hijo si no se mantenía a un metro y medio y si no se ponía tapabocas) desobedeció el mandato globalizado de la (in)sana distancia y la abrazó una noche fuerte y largo en la MISMA cama. 

 

Fuerte y largo, y calientito la abrazó alrededor de su espalda y vientre bajo, con sus manos anchas y cálidas…. tan fuerte que el tacto (con-tacto humano que está siendo propagandeado con amplio financiamiento, como peligro para la humanidad) empezó a hacer de las suyas, pues las hormonas del amor que intervienen en el parto relajaron esos cuerpos aún con TAPAbocas de él, aún así siguió fluyendo la vida porque como dice Allison, la vida quiere vivir y sabe cómo hacerlo, y las contracciones y expansiones que suceden tras el abrazo tierno y caliente dilatador siguieron su curso y desencadenaron el nacimiento amoroso, oxitocinoso, conectado de su hijo.

 

A las 2 de la mañana el tapón mucoso que sostiene y cubre la entrada o salida de bebé, estaba saliendo de poco a poco. El papá PIDIÓ PERMISO para quedarse en el parto de su hijo, quería estar ahí en su propia recámara con ellos, pidió permiso entre otras cosas porque parece que en estas últimas generaciones se les ha sacado de los partos a los padres que ahora piensan que hay que pedir permiso cuando el parto de sus hijos es suyo, aún estando en su propia casa, preguntó si podría hacerlo porque se lo habían prohibido por indicación medicalizada y mediatizada, dijo con mucha pena que había abrazado a su esposa esa noche, pero agregó que fue con cuidado que fue por la espalda, para no ir a dañar mucho con su respiración, preguntó que si era necesario que usara el TAPAbocas porque cada vez que lo traía por buen rato le raspaba la garganta y cuando se lo quitaba ya no le raspaba, pero dicen que es bueno y necesario, dijo, y él no quería dañar. 

 

La verdad es que poco a poco él se dio cuenta solito que no podía acompañar la respiración de su esposa con el tapabocas, que se mareaba más él que ella mientras lo traía puesto, con pena se lo quitó y respiraba sin darle la cara sin verla a los ojos para como dicen allá afuera protegerla y cuidarla de él mismo (porque el concepto de cuidado también cambió sus criterios junto con los de la definición de pandemia, ahora sin contacto hum-mano), cuando era a él quien su esposa necesitaba, su toque, su calor, ella buscaba su mirada (ah porque les cuento que la oxitocina del parto natural también se segrega con la mirada cercana a los ojos humanos tras el -contacto piel a piel-), y luego esa mirada se fue encontrado discreta, como que no quería la cosa se fueron mirando a los ojos, olvidándose de la prohibición de acercar sus respiraciones, tan discreto para que esa enfermedad contagiosa no los cachara mientras se hacían el amor en ese parto, no fuera a ser. 

 

Cómo dilató fluido esa mujer en una tina con hierbas calientes sostenida con la mirada, la piel y la respiración acompañante de su esposo, aún en medio del duelo que se vivía a todas luces. El dolor de la ofrenda de la abuela a la vida. Y el Sí de la Madre que dice, con todo y esto, yo sé parir.

 

Esa mujer está hecha de tierra, de aire y de todo lo que la naturaleza le dio. Esa mujer acababa de perder a su madre, la muerte aún rondaba el ambiente recordándonos que es parte de la vida. Y Ella navegó con poder y valentía la muerte y la vida, y se dejó tocar por ambas, y se dio cuenta que no son opuestas, que son parte de lo mismo y bueno nosotros venimos a servir a la vida también.

 

Pues con ese dolor, ese no entender, esa tristeza inmensa, esta mujer gozó del agua caliente, relajó sus labios inferiores, y con ello relajó la puerta que se abre y dilata dicen 10 centímetros, mas yo digo que abre del tamaño del sol, solo porque puede. Ella lo hizo, como quien ya sabe parir y lo hace con el placer del agua caliente.

Al salir de la tina, empezó  a sentir las ganas de pujar… el pujo duró lo que tenía que durar. Pues el pujo es soltar, y había mucho que soltar y despedir, y a veces soltar, despedirse duele tanto o más que abrirse del tamaño del sol. Sí, dilató sin darse cuenta, y Sí, le dolió pujar, dolió soltar y despedirse. Cada parto por lo mismo es único.

 

¿Quién la iba a esperar a que pujara tanto tiempo? Quién le iba a decir que estaba bien lo que estaba pasando? Quién la iba abrazar y sostener mientras ella sostenía el dolor de una pèrdida, y al mismo tiempo sostener el placer de dar vida a la vida y de traer a su hijo a su pecho chorreante de gozo y alimento. 

 

Ella tenía quién. Ella Pudo parir, Ella supo cómo, aunque era la primera vez que paría así, que pujaba un ser humano desde dentro suyo, que se le abría el cuerpo no de afuera hacia dentro sino de adentro hacia afuera.

 

Pero cómo era posible que su pujo se saliera de los parámetros de tiempo que se han establecido, cómo era posible que su bebé siguiera bien por horas en el canal de parto, cómo era posible si el lugar estaba lleno de vapor de las hierbas y de las respiraciones de los que estaban ahí aún siendo agente de contagio y peligro. Y encima no hubo medicalización alguna para el parto, pues parió con la medicina de su propio cuerpo sin esterilizar ni un rincón de esa habitación, sin medicar ni un segundo de su camino de parto, sin anestesiar ni el dolor físico ni el del corazón, sin esconder el placer del cuerpo y de su desnudez que se dejó ser libre sin prejuicios ni tabúes.

 

La madre sostenida por el padre de ese niño, fue por su hijo, en medio de lo que le dolía, en medio de la despedida de su madre, en medio de los brazos de su esposo, en medio del olor de las hierbas que la Tierra le concedió ese día… 


Pues lo demás es historia, el padre terminó embarrando su sudor, su vapor, sus lágrimas, mocos de llanto y demás en su hijo y esposa al momento del nacimiento, el único contagio que hubo en esa casa fue el de la Sorpresa de un un niño de casi 4 kilos, que nació y amamantó a los minutos de nacido, nos contagiamos de amor, de sano con-tacto, de embarrarnos de humanidad, de gratitud, de ver otras realidades que no se cuentan en las noticias, que no se financian con enormes cantidades de dinero, que se quedan en secreto ahí porque aunque se cuenten un poco más tarde, solo quien estuvo presente sabe todo lo que pasó en ese portal. Y está bien así, porque los mensajes completos llegan solo a quién ya está listo para escucharlos y nadie se hace rico con ellos, pues la riqueza es justo el SABER-lo posible.

 

Y así como cada parto, éste nos dejó muchas revelaciones, que la mujer puede parir con lo que se traiga en su corazón si se le espera, si se le tiene paciencia, si no se le interviene ni corrige su camino, que el papá es muchas veces quien desencadena el parto con su calor, y puede sostener los pujos de la vida cuando duele soltar y despedirse. Que -SÍ hay una enfermedad- o muchas allá afuera pero que la forma en que se anuncian puede que no sea la forma en que realmente esto está sucediendo. Que cuidarnos a nosotros mismos DE VERDAD y no con propaganda, es de verdad cuidar del entorno, sin embargo en las ciudades -cuidar del entorno- hace mucho que solo se simula o se pretende y se habla sin hacerse. Seamos reales, seamos ciertos. Porque la Vida sí quiere vivir aunque nosotros le tapemos la boca, los ojos, y hasta la nariz por donde entra el verdadero y natural alimento de oxígeno.

 

Salud, por todas las mujeres y hombres que siguen en resistencia (NO LUCHA, sino la resistencia de tomar una postura) y siguen trayendo a través sus cuerpos, con amor y vinculación las nuevas semillas de piel humana concebidas humanamente (no en frascos) y que cual bosque hacen que florezca la vida en medio de la muerte.

 

Salud.

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