La Partera es una Guardiana de la Puerta hacia la Vida. En la Tradición se ha venido legando mediante la oralidad y la presencia continua y prolongada ante el trabajo de las Abuelas Parteras, una medicina que no cabe en los documentos ni en los cursos sobre Partería, pues para la transmisión de esta medicina de todos los tiempos es fundamental una relación familiar y comunitaria que sostenga el paso del saber de un lado a otro. 

 

En ese sentido las Parteras se reconocen en el entorno de la Comunidad a la que sirven, y no ocupan otro reconocimiento oficial que implique la pérdida de autonomía o sometimiento de sus conocimientos ancestrales,  pues los recursos espirituales y de la naturaleza que son las herramientas de la Partera en la Tradición no son medibles ni encuadrables dentro de los rangos de la medicalización, la atención clínica o capacitaciones alopáticas cuyo valor es también honrado más no es parte de la práctica de las Parteras, sino de otros profesionales que atienden con esas herramientas y con los cuales se puede colaborar armoniosamente respetando el buen lugar de cada uno.

El Parto considerado un proceso humano libre, fisiológico, Sagrado y natural es tratado como tal en la Partería y por tanto quien desee un acompañamiento en ese sentido, tiene la libertad individual de elegir parir de esta manera. No solo por ley constitucional, sino como una libertad humana básica.