Diana y Rome
¡Cuando las cosas no salen como las prevemos….
Y SALEN TODAVÍA MEJOOOOR! ¡BIENVENIDO A LA TIERRA DANTE!!
¿Quién dijo que los Partos de Mamás Primigestas durán más tiempo?
Hace unos días Dante nació de su madre así, solito, libre, agustito, en el suelo firme, donde su mamá se enraizó instintivamente para dar fruto como las Árbolas, como las lobas, las leonas, las humanas, lo quiso hacer sin más medicina que su propio cuerpo, porque así quiso, porque así pudo, porque así lo sintió y le gustó....
Sucedió todito en la fugacidad del no tiempo.
%202.png)
Para empezar un nuevo año, nada mejor que despedir al pasado con un Nacimiento que nos recuerde que nada se acaba sin un inicio que le siga.
Fue un parto de aquellos que se dan fugaces sin dar espacio ni permiso a que el mundo intervenga más que para UNA SOLA COSA:
'atestiguar la sabia naturaleza del cuerpo cuando no se hace NADA.'
Para recordarnos UNA VEZ MÁS que nada ni nadie es indispensable para nacer, solo el cuerpo de la Madre presente y tranquila, confiada y segura de sí y de su bebé, y qué mejor que el Papá aguardianando el espacio en lo que Mamá va por su bebé allá a donde se va por ellos y regresa con él en Brazos.
Este pasado 30 de Diciembre llegó Dante a este mundo al final de una noche donde la luna estaba a punto de llenarse sin que nadie pudiese detenerla. Llegó feliz directo a los brazos de su mamá y papá en donde estuvo toda esa noche y las que le han seguido. No conoció los cuneros, ni los cambios de turno, ni más pasillos que los de la piel de sus papás, no conoció enfermeras ni doctores en el inter de su llegada, nació entre parteras que hicieron un círculo donde dentro solo estaba, Mamá, Papá y Bebé.
Como la mayoría de los partos en otra ciudad empezamos la comunicación telefónica la bella Mamá y yo cuando las sensaciones de parto se le hicieron presentes.
Cuando aún me habla la mamá y no el papá, estamos aún en tiempos de las primeras etapas de la bella labor. Así que alisté mis cosas para irme a tomar el autobús que hace entre una hora y media y dos a donde sería la llegada de Dante.
A punto de tomar el camión me llama el Papá, lo cual significa que la mamá ya no puede hablar más.Y que se encuentra en otro sitio de las fases del parto, preparándose para dejar por un rato esta dimensión, e ir por su bebé a las estrellas de donde vienen los bebés y a donde van las madres en el momento trance del Parto. Siendo mamá primigesta, este paso fue extraordinariamente rápido.
Un recordatorio de los Ritmos perfectos, la no indispensabilidad de nadie. Papá y Mamá seguían en casa, pasaron todo el trabajo de parto ahí, en su nido, el que habían calentado, preparado, adornado para la llegada de Dante… como los mamíferos sabios que son.
Por teléfono el papá me describió cómo era el escenario, cómo se veía mamá… En un increíblemente sereno y a la vez emocionado estado se encontraban ambos. Se oían las respiraciones, los sonidos de un parto que aunque a la distancia, yo podía oler que estaba muy cerquita ese momento en donde se vieran a los ojos después de meses de vivir en una misma piel.
El Parto estaba sucediendo sin pausa alguna… y al igual que a la luna creciente, no había nada que pudiese frenar la vida que estaba por salir a la luz en poco tiempo. En el espacio de su hogar no había nada que generara adrenalina ni estrés ni presiones ni prisas ni incomodidades, solo plena libertad de moverse, de mojarse bajo el chorro de agua caliente, de besarse, de respirarse de gemir, de decidir con el corazón y desplazarse si así lo querían, a otro sitio…
Por el teléfono se escuchaba plena confianza en la fugacidad de como se estaba dando todo… Le dije al ahora orgulloso papá que muy probablemente me tocaría solo llegar a conocer a Dante.
Aún así se esperaron en casa un rato más solos con su bebé que estaba por llegar, en la intimidad, conexión y confianza de su hogar, de sus pieles, de su habitación, conscientes de que todo era impredecible, más a la vez conscientes de que solo ellos sabían cómo, dónde y cuando.
Luego de un rato más, sus cuerpos y corazones sabios se dirigieron al Centro de Partos donde las Parteras ya tenían buen rato esperándolos, pero ni eso les presionó… Ellos se tomaron su tiempo, como sabiendo exactamente cuál sería el momento perfecto para moverse del nido, un momento que solo ellos sabrían y decidirían..... que sería el momento exacto en donde el cuerpo ya estaba abierto, dilatado y listo para el tiempo del pujo.
Una corazonada los movió de lugar y así como todo lo que hicieron ese día, desde el corazón, así mismo llegaron trasladando todo ese calor de hogar a la habitación de partos respetados y en tan solo media hora bebé ya estaba en Brazos el Guapísimo de Dante, feliz y tranquilo. Cuando abrí la puerta me recibieron dentro de ese momento de satisfacción. Dante acababa de Salir y estaba completamente piel a piel con su madre, en una serenidad, sin una pizca de llanto, o estrés, reconociendo en todo momento el olor y las voces de sus padres. Los ojos de Papá estaban brillando, con ese brillo de haber olido cada hormona de amor que ese viaje les regaló a los tres, con ese brillo de recibir la vida de primera mano, la vida que él mismo creo desde su ser y desde su corazón.
La Bella Madre mamífera con su cría en brazos, con sus ojos claros de mar, cobijando con su piel y su olor a su bebé aún en el Piso donde eligieron parirse a ambos a una Mamá y a un bebé.
Ahí en el piso conectados a la tierra, enraizados. La mamá me compartió que una vez que llegó a ese lugar se quedó ahí para terminar de parir y así pasa cuando nos conectamos desde donde estamos hasta el centro de la tierra, a este imán que nos enraíza cuando cuando es momento de florecer.
Y Florecieron juntos y olía a flores, a Orgullo, a Satisfacción, a Sorpresa, A amor, A bienvenida, A nido, A confianza, a lo que huele la libertad de hacer lo que uno quiere al momento de parir….
La mamá llena de energía llegó caminando para parir a su hijo y su energía seguía intacta en las siguientes horas, instintivamente alerta, instintivamente acurrucados los tres.
Un viaje en donde ya estando en ese sitio, la Placenta tomó incluso más tiempo en salir que el propio Dante. Recordándonos el poderoso mensaje del Alumbramiento del Árbol de la Vida. El convertirnos en madres y dejar a la Nuestra en esa Paz con todo lo que se nos dio, y lo que ahora nos toca dar. Ese desprendimiento sutil que ocurre también a su ritmo perfecto. Un desprendimiento necesario para tomar nuestro Poder de Mamás.
La nueva mamá, sabia y estando a contrarreloj del centro de partos, una vez más se tomó su tiempo.. Y empoderada tomó sin pedir permiso a nadie, como ha de ser, ese espacio para hablar con su madre, mientras su placenta se desprendía, raíz por raíz…
Y es que la sabiduría interior de esta mamá se conectó a la tierra y al cielo, que mientras estaba en un momento tan interior como lo es el desprendimiento de la Placenta, hacía exteriormente lo que había que hacer para tomar el tiempo y el momento necesario de honrar instintivamente cada fase de su Parto… haciendo respetar por encima de todo reloj, su propio ritmo.
Yo por mi parte, admirada de ver a una mamá hacer lo suyo sin importar los protocolos.
Cada Parto y Cada alumbramiento de un Árbol de vida (Placenta), traen consigo un hermoso y brillante desafío que nos muestra nuestro Poder. Eso me recordó mi querida Diana al verla Parir esa Placenta y al ver su sabiduría actuar en este plano… Con una audacia, instinto e intuición que mostraba entre muchas otras cosas lo lista que estaba para ser ella ahora, la Madre. Ella sola, ella sabía.
Su confianza en ella, el apoyo de su esposo, y el nacer sabio del guapísimo Dante que todo lo hizo de una forma perfecta, natural, mamífera, sin prisa y sin pausa, ahora los tiene bañados de leche materna que fluye por los pechos de su madre abundante.
Yo por mi parte les agradezco la confianza y el permitirme ser parte de este viaje desde el momento del curso hasta las primeras bocanadas de Dante en el pecho de mamá…
Celebro con Ustedes esta llegada triunfal no solo de Dante y de la Poderosa Mamá, y el Orgulloso Papá sino de la Vida misma que Quiere Vivir! Y que no hay quien la frene cuando la confianza y la seguridad en ella misma ilumina el tunel profundo desde donde viajamos para llegar aquí.
Porque sí…. !Sabemos Parir y Pariremos con Placer! GRACIAS DIANA!
Gratitud a ti mi Diana querida.... Reconocimiento a ti mi estimado Rome, Admiración a ti mi bello Dante.
Thania Medina...
La que se fue a la Sierra y volvió con la Sierra a la Ciudad.
​