Carta: Segundo Trimestre
- Thania Medina
- 5 sept 2022
- 3 Min. de lectura
Te has quedado en el nido. Lo calenté rico para ti. Satisfice cada antojo y me entregué a la confianza en la incertidumbre que dicen habitar ese primer trimestre. Por fin mi vientre empezó a abultarse y al 6to mes ya no fue factible seguir atesorando este secreto íntimo y tan solo nuestro.
La panza se expandió aún más allá de lo que la ropa aguada podía jugar a disimular.

Además Tu hermano tenía prisa en comprobar que estabas ahí adentro. Él quería verte crecer ya. Le he dicho que todo lleva su ritmo. Y que el nuestro es también perfecto.
El sueño progesteroso a toda hora de los primeros meses se me ha despedido para bienvenir la energía del segundo trimestre. El hambre y antojos continúan. A la par tengo el impulso y fuerza para acompañar otros partos y otras consultas. Me siento infinita. Porque de dónde saco las fuerzas para acompañar esos umbrales mientras estoy siendo vehículo de tu creación y formación al mismo tiempo. Prueba de que el embarazo es el momento más saludable que atravesamos. He de platicarte mi cielo que me he sorprendido a mí misma y que no esperaba estar tan ocupada en otras cosas más que en acariciar nuestra panza que es tu casa, todo el día porque eres mi placer constante. Lo bueno es que lo que hago no es impedimento para eso para acariciarnos cada momento que yo quiera. Lo bueno también es que nos merecimos todo… el gozarnos y el gozar de acompañar a otros en sus embarazos. Y el merecimiento así porque sí está bien y lo hemos aceptado sin cuestionamientos. Nos encanta ser parte y testigos de la vida y sus manifestaciones. Las historias que se pasean frente a nuestra mirada hoy compartida.
Este trimestre siento tus movimientos cada vez más … desde que llegaste me he acostumbrado a estar más presente y atenta. Todo lo que hago lo hago consciente de que estás aquí en mí. Tu presencia me hace sentirme presente sin hacer esfuerzo para ello. Puedo conversar contigo en cualquier momento y te agradezco tu habitar en mí cada mañana, cada rato, cada noche… agradecer a la vida por tu llegada se ha hecho mi mantra y diálogo continuo… es infinito, no me canso de agradecer y no parece ser suficiente nunca…. Porque la abundancia de ser este canal de vida se siente eterno en cada partícula de mi piel, mis líquidos y mis huesos y así de infinitas son mis Gracias… siento rico cuando articulo esa palabra, me sale en los suspiros, me sale como por impulso de algo más allá que de mi garganta, viene de adentro y de lejos y de todo lo que soy y estoy hecha, de repente me encuentro dando gracias sin pensarlo.
Agradezco a las plantas que nos reciben cada mañana en el jardín, al Sol que nos baña y remineraliza directo a la piel desnuda luego de un baño de jicarazos, agradezco a la madre agua que me hace sentir orgásmica y placentera. Agradezco la tierra que sostiene mis pies descalzos y no descalzos, y a mi cuerpo entero al descansar. Agradezco a la luna que regula mis aguas amorosamente. Agradezco a mis perros que me aúllan al rezar y al cantar. Agradezco a mi voz por querer cantar tanto y a la música que nos ha hecho bailar a diario.
Tu padre nos nutre con su certeza, con su confianza en nosotros y con su seguridad de ser quien es. Tu hermano nos aligera y alegra porque su ser es así sin hacer esfuerzo. Él es música y sonrisas. Entonces nuestro territorio está alimentado y rodeado de amor por todos lados.

Este trimestre al igual que el primero, también fuimos nosotros los que nos consultamos, por lo que volvimos a prescindir de otro tipo de consultas… hemos aprendido a preguntarnos y respondernos a nosotros mismos y nos sienta bastante bien que sea así ante esta posibilidad. Al inicio del 4 mes escuchamos por primera vez tu corazón… no teníamos prisa antes… yo he sido de cualquier forma la ventana para asomarnos a tu bienestar, y me he sentido de maravilla.
Caminamos juntos al tercer trimestre…
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